Conversaciones con Chivi

jueves, 26 de abril de 2012
Parece que la crisis de los 25 nos esta pegando a todos... mas adelante me pondre al dia. Solo sepan que casi no tengo tiempo de nada y que estoy bastante triste. Les dejo algo que hable con Chivi, no sabia uqe tenia esos recuerdos adentro! Como siempre, soy buena para decirlo, pero no para aplicarlo...


Yo te entiendo...
Mira, por ahí es una pavada en comparación...
Cuando yo era chica, desde que nací hasta los 18 que murió el dueño y el hijo nos desalojo, viví en un local, mitad local, mitad casita al fondo, muy precario pero lo mejor que pude tener (precario en cuanto a que no tenía la estructura de una casa, pero teníamos cosas como para vivir bien. No teníamos habitación propia  (era una gran habitación dividida) ni bacha de cocina, los platos se lavaban en el bañito que tenia ducha de la eléctrica que calentas, ah! Y olvídate de la ventana… salvo de los grandes ventanales del local, pero bueno, esos no los podes usar de ventana…
En fin, cuando nos mudamos lo hicimos a lo que fue mi casa hasta hace dos meses con primer piso, baño y cocina REAL, comedor, habitación para mí y mi hna balcón, patio interno, hermoso hermosísimo. A los 18 años pude invitar a un amiga a mi habitación! era increíble
Sin embargo, 4 meses después pase por lo que fue el local de mi papa casi 30 años, habían hecho un ciber  enorme (el local era de 100 mtos cuadrados) había como 40 pcs y en el fondo videos contra la pared. Y yo entre y lo recorrí, pase por el rincón donde me escondía, por el sitio donde jugaba con mi perro, por donde estaba la alfombra donde nos tirábamos con mi papa y mi hna a ver la tv, el rincón donde había estado mi mural de 15, el lugar donde le sacamos una de las últimas fotos a mi tía… muchos recuerdos más…
Yo no te puedo explicar, la ANGUSTIA que me dio, ver toda esa gente profanando mis recuerdos, una computadora con un pendejito maleducado gritando en el mismo lugar donde abrace a mi conejito muerto durante 2 hs a los 6 años
Terrible. Quería echarlos. Putearlos, volver atrás.
Y sin embargo no se puede.
Las cosas son como son porque son. Valga la redundancia
No hay que mirar atrás, ni arrepentirse.
Si sos plenamente consciente de que cada decisión la tomaste de la forma correcta en el momento correcto, no hay que arrepentirse.  Aunque volviera a esa casa para recuperar el rincón donde jugaba al chinchón con mi papa o donde mi padrino (que falleció hace poco también) me enseñaba a cocinar,  perdería las tardes de soles y mates con mi vieja en el balcón,  la felicidad de mis mascotas de dormir al sol, tener plantas y un lugar para pegar un portazo y llorar contra el mundo. Los asados en el patio con mi papa y mi padrino, las noches durmiendo en el balcón viendo muchísimas estrellas fugaces, y lo más importante, la primera vez que mi ahora novio vino a comer a mi casa sin ser más que un conocido
Cuando vine a esta casa perdí todo. Todo lo que había sido mi universo casi 20 años, pero también gane miles de cosas. Y si volviera atrás, no disfrutaría ni las que perdí ni las que gane en el cambio. Porque las cosas nunca son como antes y cuando pansas en ellas, siempre se tiende a olvidar lo malo. Y a enaltecer lo bueno.
Siempre se estuvo mejor,  y casi nunca es así. Porque si cambiaste y buscate otro rumbo fue porque lo que tenias ya no te llenaba así que sonreí!
Y nada mas de rivotril, ni de llorar.
Salí a correr, llora mientras lo hagas, descárgate, gritale al mundo que te queres bajar y que necesitas que pare! y volve feliz.
Junto al hombre que te ama, en la casa que construiste y que con tanto esfuerzo se volvió tu hogar.